Egócrata escribía hoy sobre la necesidad de la reforma laboral. Además, en referencia a su primer punto sobre la estructura dual del mercado laboral enlaza una anotación mía de hace ya ocho meses. En gratitud por el hecho de que me enlace el autor de un blog que anda 6.000 puestos por encima del mío en el ránking de Wikio (y en diciembre sólo era superado por uno de los blogs de Red Liberal - ¿adivináis cuál?) lo menos que podía haber hecho es comentar. Pero se me ha pasado el día volando entre reuniones y trabajo y al final no lo he hecho. Y ahora voy a ser más desagradecido todavía y me voy a permitir discrepar.
He releído mi anotación de hace ocho meses y sigo pensando igual: la estructura del mercado laboral es profundamente injusta y los más débiles están pagando los privilegios de los más fuertes. Sólo por eso cualquier gobierno socialista que se precie debería querer reformarlo: sí, recortando derechos a los más privilegiados (aquellos con contratos indefinidos) para incrementar la protección de los más débiles (aquellos con contratos temporales, los autónomos y los parados). Vamos, redistribución de oportunidad en vez de redistribución de renta.
Pero también estoy parcialmente de acuerdo con Kantor, que en un comentario le dice a Egócrata:
"A mi esto de la reforma laboral me parece un fetiche. No es urgente en absoluto. Lo urgente es firmar los convenios al - 15% en el sector público y -10% en el sector privado. Mira los chinos: tienen una indemnizacion de 30 dias por año, y unos salarios compatibles con ella."
Estoy de acuerdo en que reducir la indemnización por despido (que debería ser uno de los pilares fundamentales de la reforma laboral) no nos va a ayudar a crear más empleo a corto plazo. ¿Por qué? Pues porque cuando la economía esté lista para crear empleos se hará con nuestros ultra-flexibles contratos temporales. Esto no quita que haya otros elementos de una reforma laboral que sí que pudieran ayudar a que hubiera una recuperación más rápida del empleo. Por ejemplo, rebajar los gastos asociados con contratar empleados (como las cotizaciones a la Seguridad Social) e incluso prescindir del sistema anacrónico de los convenios colectivos (herencia del franquismo - ¿hay alguien que dude de que en materia económica Franco era igual de socialista que estos socialistas incompetentes y tan pasados de moda?).
Pero me quería enfocar en una reforma asociada con el mercado laboral pero que normalmente queda fuera del ámbito de la reforma laboral: la facilidad con la que se puede abrir una pequeña empresa en España. Y es que una economía inovadora y dinámica (¿y sostenible?) debería incentivar el espíritu empresarial - debería haber muchos más autónomos intentando crear riqueza (para sí mismos y, por lo tanto, para la sociedad en general).
Pero, ¿qué es lo que pasa? Pues que en este país el espíritu empresarial no se incentiva, sino que se le ahoga en burocracia. Ayer hablaba acerca de esto Gabriel Calzada en la Tertulia Económica de César Vidal en EsRadio. Coincido con él en lo fundamental, pero no en cómo lo dice (jo, váis a pensar que le tengo manía, y no es así). Apunta acertadamente la labor investigadora de Hernando de Soto pero después nos deleita con una anécdota que pretende que nos tomemos como evidencia de que lo que dice es cierto: al parecer, en capacidad personal, intentó replicar el experimento de Hernando de Soto en España haciendo los trámites para crear una pequeña empresa y tardó ... ¡seis años!
Mi problema es que el usar anécdotas personales en plan sensacionalista hace que muchos pensemos que la persona que las usa carece de rigor y seguramente no tiene evidencia concreta de que lo que dice es cierto. Afortunadamente, en este tema sí que tenemos evidencia rigurosa. La encuesta Doing Business del Banco Mundial lleva ya varios años midiendo la facilidad con la que se puede abrir un negocio en más de 180 países, y uno de los indicadores es el número de días que se ha de dedicar a los trámites burocráticos. Agárrense que los resultados del 2010 pueden sorprenderles:
(1) En España lleva un promedio de 47 días hacer los trámites para abrir un negocio. Vale, no son los seis años de Calzada, pero es el número más elevado de toda lo OCDE, superando en casi 20 días al penúltimo país de la OCDE - Austria, donde se tardan 28 días. Para comparar también incluyó otros países en el gráfico: Chile (que ha sido invitado a formar parte de la OCDE hace nada), Argentina, mis dos países africanos favoritos (Malawi y Mozambique) y el Perú de los experimentos de de Soto. Todos estos también lo hacen mejor (en menos tiempo) que nosotros. Entonces, ¿no hay nadie que lo haga peor? Bueno, para esto nos podemos comparar con las economías del eje bolivariano de Chávez - a lo mejor resulta que ZP se ha propuesto seguir el modelo venezoloano, donde se tarda 141 días en hacer los trámites.
(2) Pero es que el ránking de la facilidad con la que se abre un negocio se determina también con otras cosas (por ejemplo, número de documentos a rellenar, gasto medio en relación a la renta media), y en ese ránking total resulta que quedamos por detrás de incluso Venezuela. Ocupamos el puesto 146 de un total de 183 países valorados.
En conclusión: he aquí una reforma más urgente para crear empleo que la reforma laboral.
Recompensa para aquellos que han llegado al final de una entrada tan larga:
El único blog de Red Liberal situado por encima de Materias Grises en Wikio en diciembre era el de Elentir. Y antes de que alguién pretenda corregirme, es cierto que en el ránking de enero Barcepundit también está por encima de Materias Grises.
Hola,
ReplyDeleteEstoy en casi todo de acuerdo.
Respecto a la reforma del mercado de trabajo creo que es un tema capital como lo es también la flexibilización de los mercados, en especial el de servicios (por decir alguno). Como bien dices cuantos más días te tienen en la cola de la burocracia, los costes son mayores. Más si tienes que competir con economías donde en 48 horas tienen un negocio funcionando.
Cuando hablas de priorizar entre reformas da un poco de miedo. De nada sirve poder abrir una empresa en 48 horas si tienes que hacer frente a desembolsos iniciales elevadísimos debidos a las injerencias del sector público, como fijaciones de precios, horarios, licencias, etc.
Y como los salarios, a mi modo de ver, nacen como una fijación de precios de los sindicatos y no como un acuerdo entre empleado y empresario, de forma desagregada por negocio, creo que es básica esta reforma, ya que sin ella, eleva considerablemente los costes y tiene un efecto expulsión considerable.
Dices que no importa porque se contrataría vía trabajo temporal. Discrepo porque “en los años 20 español” las tasas de paro en España seguían siendo muy elevadas (tasas de paro cercanas a las que hoy tienen las potencias europeas en recesión!!!) a pesar de que estábamos creciendo como nunca en nuestra historia. Si me dijeras que en la época de esplendor teníamos pleno empleo (2 ó 3% de paro) todavía me creía la buena función de los contratos temporales, pero parece que no alivian del todo y dejan fuera del mercado a mucha gente (sobre todo a los sectores más marginales de la sociedad cuya productividad marginal es bastante baja).
Pero además, lo peor de todo esto, como bien apuntas, es que todas estas regulaciones esclerotizan el sistema y lo privan de futuros empresarios.
Sin hablar, ya que daría para otro debate, la visión que se tiene en este país del triunfador, donde no se para de repetir la frase de Victor Hugo: detrás de cada fortuna hay un criminal.
Un saludo!!
Gracias Merco. Tienes razón.
ReplyDeleteSi fuera un político de convicciones liberales no creo que escribiera esto que he escrito, no porque no creyera en ello sino porque creo que políticamente el mejor momento para hacer reformas estructurales es ahora. Aunque crea que el abaratamiento del despido no vaya a cambiar mucho a corto plazo y no sea urgente, lo cierto es que si no se consigue hacer ahora ciertamente no se hará durante una posible recuperación.
Lo que estaba intentando hacer con esta anotación era destacar la importancia para el mercado laboral de otras reformas que normalmente no se incluyen dentro del paquete típico de reformas laborales. Pero como liberal obviamente pienso que mayor flexibilidad (aun a coste de menor "protección social"), menor burocracia y menor carga impositiva es lo que necesitamos urgentemente.
No, lo que necesitamos urgentemente son costes laborales menores, especialmente en la administracion que es una empresa hiper-deficitaria (y eso que el producto que vende se compra obligatoriamente).
ReplyDeleteKantor
Vale, Kantor. Pero menor burocracia, reducción de las cotizaciones sociales y dejarse de historias de convenios colectivos contribuirían a la reducción de costes laborales. Más autónomos también ayudaría, porque ellos sí que ajustan sus costes al mercado. En lo que estaba de acuerdo contigo era en que un despido más barato no contribuye a nada en el corto plazo.
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