El nuevo curso académico comenzó hace ya varias semanas pero Random Spaniard ha estado ajustándose a su nueva vida trabajando a tiempo completo en Londres y ha descuidado el blog. De hecho esta es la primera anotación desde que se ha incorporado a Red Liberal y cuando tenga tiempo debería presentarme formalmente a aquellos que me lean por primera vez gracias a este agregador. Pero ahora a los datos.
Lo más destacado en materia económica de las últimas semanas para mí han sido los los datos del paro en España, los gráficos de la deuda de las comunidades autónomas
y ayuntamientos de Wonkapistas, la gran mentira de los presupuestos del 2010 (tal vez algo exagerada por Centeno?), y las previsiones del FMI para España en cuanto a crecimiento (-3,8% en 2009 y -0,7% en 2010) y déficit público (más de un 12% del PIB en 2009 y también en 2010). De brotes verdes en España nada. Y en Estados Unidos tampoco está nada claro el panorama, confirmándose los últimos meses ya como el periodo de destrucción de empleo más prolongado y profundo desde la Gran Depresión. Por supuesto para Krugman esto es simplemente evidencia de que el estímulo fiscal debería haber sido el doble de lo aprobado, aunque cada vez son más los analistas que se concluyen que el espacio fiscal se nos ha acabado (ver por ejemplo el ensayo de cuatro partes de Willem Buiter).
Lo curioso es que en los mercados financieros parece que ha vuelto el tiempo de las vacas gordas: la bolsa sube imparablemente, la deuda pública se coloca con una facilidad pasmosa e incluso las cajas con sus dudosos activos parece que no tienen problema refinanciándose en los mercados de renta fija. ¿Se engañan los mercados o es que están nadando en un mar de liquidez creado por los bancos centrales?
El caso es que sobre todo esto han escrito otros. Hoy quiero hacer énfasis en un dato que el Banco de España publicó la semana pasada pero apenas se ha comentado en la prensa: las cuentas de España con el resto del mundo. Alberto Recarte y Lorenzo Ramírez lo calificaron hace algunos meses como el único auténtico brote verde en la economía. Yo no estoy tan seguro.
El caso es que el déficit por cuenta corriente se sigue contrayendo rápidamente. En los doce meses hasta junio España “sólo” gastó 73.000 millones de euros más de los que ingresó. Y claro, digo “sólo” porque hace un año y medio la cifra era de 114.000 millones. El ritmo de deceleración es rápido, como se ve en el gráfico. Pero como ya he dicho otras veces , el caso es que seguimos gastando más de lo ganamos, como hemos hecho todos los meses desde el superávit de Agosto 1998.
¿Y en qué se transforma ese déficit? Pues está claro, en más deuda externa. Los datos de la deuda externa son trimestrales y también los publicó el Banco de España la semana pasada. Son preocupantes. Después de tres trimestres en los que parecía que se estabilizaba, la deuda total bate récord, sobrepasando la cota de 1,7 billones de euros por primera vez en el segundo trimestre de este año.
Es revelador fijarse en los componentes de ese total y como han cambiado en los últimos doce meses. Mientras el sector privado residente (“otras instituciones financieras y monetarias” y “otros sectores residentes” en la gráfica) reducía su deuda con el exterior en 36.000 millones de euros, el endeudamiento de las administraciones públicas y el Banco de España crecía en 77.000 millones de euros.
Para finalizar hay que recordar que la deuda externa es sólo la mitad de la historia. La otra mitad la representa lo que deben otros países a los residentes en España, y es por ello por lo que hay que analizar la posición neta de inversión internacional como solía hacer magistralmente Brad Setser con los datos de Estados Unidos antes de aceptar un alto cargo en la administración de Obama. La línea roja en el gráfico anterior representa la PII neta española y el panorama también es negativo. Se ha deteriorado en 46.000 millones de euros en los últimos doce meses y alcanza ya la cifra de 900.000 millones de euros.
Resumen: el ajuste continúa pero seguimos gastando más de lo que ingresamos (un 7% más en el último año); lo que le debemos al resto del mundo es equivalente a 1,7 veces nuestra renta anual; aún descontando lo que el resto del mundo nos debe a nosotros debemos casi todo un año de nuestra renta (un 90% del PIB); el sector público está retrasando el ajuste, habiendo incrementado su endeudamiento con el exterior en casi un 8% del PIB en los últimos doce meses.
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