Monday 18 January 2010

El valor de mi vida

A propósito de la tragedia de Haití (y sin ánimo de trivializar en absoluto lo que ha ocurrido) comentaba en el blog de Esplugas que por supuesto que se pueden valorar objetivamente las vidas humanas. De hecho cuando conseguí un trabajo en la administración pública por primera vez (hace ya … diez años el próximo septiembre) esa fue una de las preguntas que me hicieron en la entrevista.


Poniéndome como ejemplo a mí mismo, se trata de un sencillo cálculo de mi valor actual neto (he tenido que buscar la traducción de net present value en internet, así que si esto no suena del todo adecuado o suena latino-americano que alguien me lo diga, por favor). Redondeando mi valor es 30 veces mi salario anual actual – es decir presupongo que la inflación y el ritmo de crecimiento de mis ingresos son básicamente iguales a la tasa de descuento y no cuento mi pensión del sector público, que no creo que como van las cosas esté garantizada.


Para alguien que, como yo, se acaba de gastar los pocos ahorros que tenía e incluso se ha endeudado invirtiendo durante un año en su capital humano este es un ejercicio útil, porque me permite poner mis deudas en su contexto. Por eso me parece que Rallo se precipita en este análisis del valor patrimonial de nuestros políticos cuando dice que están técnicamente quebrados porque el valor de sus pasivos excede al de sus activos – y es que está dejando fuera del cálculo el que posiblemente sea el mayor activo de incluso estos personajes, su capital humano.


También decía en el blog de Esplugas que mi mujer sabe que lo que le daría el seguro de vida si me muriese es bastante menos que ese valor actual, así que mi valor para ella es claramente positivo y estimable objetivamente. Pero ayer, viajando al norte de Inglaterra a pasar el día con unos amigos, estábamos hablando de esto y me dí cuenta del error de principiante que había cometido al suponer esto: no había tenido en cuenta el coste de oportunidad que tiene para ella el estar casada conmigo.


Y lo cierto es que muchos (la mayoría) de los que nos conocen a los dos coincidirán en que ella podría haber encontrado alguién con un mayor valor actual neto que yo. Supongamos que pudiese encontrar a alguien con un valor el doble que el mío. En ese caso mi valor para ella sería negativo. En conclusión, me parece que en términos estrictamente pecuniarios y objetivos no es que yo no valga nada para ella, sino que incluso tengo un valor negativo, soy un lastre si su objetivo es maximizar la renta de su hogar a lo largo de su vida.


Pero como parece que sigue siendo feliz conmigo y no tiene ganas de cambiarme (a pesar de haberme tenido que soportar más de nueve años) volvemos al punto de partida: se puede valorar la vida humana objetivamente, pero por lo general el valor subjetivo para amigos y familiares es mucho mayor de lo que ese cálculo sugiere.

9 comments:

  1. Por desgracia no tengo mucho tiempo para comentarte el post pero lo que comentas es muy interesante.

    Yo no sería tan atrevido con eso de que el valor humano se puede valorar objetivamente ya que esa simple valoración lleva implícito pura subjetividad como toda valoración de activos (contabilidad de costes).

    Luego el ejercicio que haces de descontar tu valor me recuerda mucho a Enron amigo mío :D

    Saliendo en defensa de Todo un hombre de estado creo que su valoración es más prudente que la tuya. Parte de unos activos fácilmente valorables y los relaciona con su nivel de endeudamiento. Tú estás metiendo dentro de ese pool de activos una especie de goodwill que puede llevar a valoraciones un poco disparatadas (totalmente subjetivas no objetivas) ya que esas inversiones en capital humano pueden ser equivocadas y no tener demanda futura, puede suceder que tu valor como marca o prestigio personal se vaya al garete por una mala actuación profesional (intencionada o no), etc.

    Por eso en contabilidad se tiene tanto cuidado con el goodwill, porque puede quebrar (nunca mejor dicho) el principio fundamental de prudencia.

    Luego, no creo que lo confundas pero por si las moscas, una aseguradora no paga en función de lo que tu vida vale, sino en función de sus cálculos actuariales y de lo que tú estimes que necesitará tu ser querido en un futuro si por desgracia te ocurre algo, que en función de eso y el riesgo va ir el coste de las primas.

    Un saludo de Kenneth Lee Lay desde el más allá :DD

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  2. Lo de la referencia a la contabilidad de costes, por si no queda claro, es haciendo referencia a la imputación de los costes y su subjetividad.
    Lo mismo se puede decir de las valoraciones de activos. Pero no quiero decir que el coste suponga valor o medida de valor.

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  3. Merco,

    Claro que la de Rallo es una valoración más prudente, pero lo que yo digo es que es demasiado prudente.

    Por supuesto que "tu valor como marca o prestigio personal se pueden ir al garete por una mala actuación profesional". Pero creo que el capital humano, por lo general, se debería tratar en términos contables más como una fábrica que como una marca. A mi no me pagan por mi prestigio profesional - a mi me pagan por producir análisis, igual que si fuera una fábrica produciendo calcetines.

    Obviamente existen riesgos: que la demanda de calcetines caiga , que un terremoto destruya la fábrica, ... pero no por eso el valor de la fábrica es solamente el valor del terreno sobre el que está construido. Y por supuesto en el caso de los políticos me parece que existe un mayor riesgo sobre la demanda de lo que puedan producir, así que para estimar su valor sí que descontaría las proyecciones de ingresos futuros con una tasa más elevada, pero no las ignoraría como hace Rallo.

    Un saludo.

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  4. Bueno voy a ser más meticuloso con mi comentario:

    Primero, no estás calculando el valor de tu vida. Lo que calculas es el valor de tu servicio laboral. Tu vida no se compra o se vende. Vendes trabajo, no vida.

    Segundo, a ti te pagan por tus análisis. Esto es lo que marca la diferencia, tus análisis son tu marca y no valen lo mismo que mis análisis o los de Krugman, no porque sean diferentes (que pueden serlo) sino porque en el precio de un servicio también estás pagando confianza labrada en años de servicios profesionales. Esto es como una especie de Goodwill que dios sabe como lo cuantificamos y valoramos.

    Tercero, partes de que el trabajo de la contabilidad es recoger el valor de mercado de tus activos. Yo no lo veo tan claro. La función, a mi parecer, de la contabilidad es la preservación del capital, es decir, servir como guía para dar el mejor uso y provecho al capital. Por eso, creo que el principio de prudencia es fundamental para valorar. Dependiendo que recoja mejor o peor la valoración de tus activos a coste histórico o de mercado. La cuestión es saber el uso que se le está dando, si es de la mejor forma y si peligra la estructura financiera de la empresa.

    Cuarto, la valoración de tu trabajo ya la hace el mercado y es recogida por tu salario. Por supuesto, como comentas, dependerá en un futuro de la inversión en especialización que hagas y las prestaciones que des. Pero no creo que sea conveniente descontar dichas inversiones como activos ya formados, ya que no lo están ni sabemos cómo van a responder a satisfacer la demanda. Por eso te hablaba de Enron :DD

    Un abrazo.

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  5. Por supuesto, te pueden pagar menos de lo que vales actualmente, pero en ese caso serías un activo infravalorado que tarde o temprano recogerá su valor real de mercado.
    Es como el comportamiento que tiene una acción en el mercado pero menos volátil que ésta.

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  6. Sólo un matiz: el artículo tiene un tono claramente humorístico y obviamente dejaba fuera el fondo de comercio, esto es, la capacidad de generación de beneficios de una unidad económica, que en el caso de los políticos es bastante grande al menos hasta que cesen. Creo que en su momento ya lo discutí con Kantor en mi bitácora.

    Un saludo

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  7. Creo que no lo discutiste con Kantor en la bitácora http://www.liberalismo.org/bitacoras/1/5497/patrimonio/clarificador/ lo has debido soñar Rallo :P

    Saludos!

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  8. Entonces fue por correo :)

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  9. Al menos es mas optimista que un buen amigo, hoy divorciado, que cuando acababa de firmar la hipoteca de su casa (y el correspondiente seguro de vida "no obligatorio") afirmaba:

    "ahora para mi mujer valgo mas muerto que vivo"

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