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Thursday, 21 October 2010

Más sobre Roosevelt y la Gran Depresión

Prosigo en mi labor de defender a Roosevelt contra ataques injustificados. Vamos, que a este paso me hago keynesiano (y sí, me doy cuenta que hace tiempo que no analizo ningún dato de la actualidad económica española). Ángel me dedica un pedazo de ensayo - en realidad tendría que buscar el tiempo para responder punto por punto, pero por el momento me limitaré a presentar este gráfico:



Los datos son los mismos que presenta Ángel en su post (en el primer cuadro y su segundo gráfico), pero en lugar de dar las cifras en miles de millones de dólares lo hago en % del PIB. Esto es bastante importante en el caso de la década de los treinta, dada la deflación de caballo que tenían encima. También extiendo un poco el periodo de tiempo que abarca el gráfico hasta finales de los 50, porque me parece que los cinco años nada más acabar la guerra podrían ser un poco atípicos.

Algunas observaciones:

(1) Es interesante ver como el gasto público y la inversión privada son "mirror images of each other" (lo siento pero no encuentro la forma de decirlo con tanta sencillez en español).

(2) ¿Dónde está el estímulo de Roosevelt? Yo no lo veo. Cuando llega FDR al poder en 1933 parece que el gasto público ya está por encima del 15% del PIB (un incremento del 6% desde 1929). Con FDR el máximo que se alcanzará antes del aumento del gasto por la guerra será de un 16,1% en 1939. Como bien apunta Ángel hay un cambio en la composición del gasto, con una transferencia de gasto local y estatal al nivel federal, pero el impacto neto en el total parece ser muy pequeño.

(3) ¿Cómo que no se recupera la inversión privada? Pasa de un mísero 3% del PIB en 1933 a un saludable 13% en 1937, antes de la famosa recaída del 37-38 (y que queda tan bien ilustrada en el gráfico del paro de Ángel), y después se recupera otra vez al 13% en 1940.

(4) La historia de la incertidumbre de régimen de Higgs que tanto les gusta a Rallo y a Ángel me parece una hipótesis convincente para explicar la recaída de 1937-38 pero no estoy tan seguro de que se pueda aplicar a la totalidad de los tres mandatos de Roosevelt. Y por cierto, me parece mucho más convincente que la explicación de Romer, Krugman y toda la demás banda de que la recaída fue causada por la contracción fiscal de 1937. ¿Que una contracción fiscal del 1,7% del PIB causó una caída del 4% y una subida del paro de cinco puntos porcentuales? I don't buy it.

(5) Finalmente, Ángel y Rallo preguntan sobre comparaciones con otros países (que si Alemania, Canadá, etc). A lo mejor hago algun gráfico comparando más países, pero en mi post anterior escogí la comparación con el Reino Unido porque me parecía la más relevante. En 1933 Estados Unidos había perdido su posición como la economía más rica per cápita del mundo, superada además de por el Reino Unido por Suiza y Dinamarca. En 1939 había recuperado ese status una vez más y ninguna de las grandes economías ha conseguido alcanzarles otra vez.

Monday, 1 February 2010

Estímulo fiscal: alegoría de Boris Johnson ...

... en el Telegraph de hoy. Boris Johnson es el alcalde conservador de Londres, y con esta columna yo creo que podría ganarle unos cuantos votos más a Cameron en las elecciones que se avecinan. Debe estar alucinando de su buena suerte al haber coincidido en el mismo vuelo que Lord Mandelson yendo a Davos. Periodismo de gran calidad (yo incluso diría que es literatura) para hacer un símil sobre las diferencias entre Labour (y la política keynesiana de estímulo fiscal) y los Tories: los ministros de Labour viajan en business class (y así mantenien British Airways a flote) mientras el alcalde conservador viaja economy.

Una lectura más seca en Expansión por Roberto Casado, pero menciona un tema (entre otros) en el que he estado trabajando los últimos meses: la inversión en redes de transporte eléctrico en Escocia.

Monday, 4 January 2010

Prioridades para la presidencia española de la UE: ¿energía y estímulo fiscal?

Al parecer la política energética europea puede ser una de las prioridades de la presidencia española de la Unión Europea. El boletín diario de mercados eléctricos europeos de ICIS Heren del 31 de diciembre (sólo accesible con suscripción) decía

“On 1 January 2010, Spain will assume the rotating six-month EU presidency. Despite being tight-lipped on the finer details, it has listed defining European energy policy as one of its priorities. Its renewables experience and distance from Russia could add a different dimension to the flavour of its approach but its often incoherent record at home means others may not always want to listen.”

Entre las incoherencias at home, el boletín menciona los nuevos subsidios al carbón nacional y la actitud del gobierno hacia la energía nuclear. Combinado con el fracaso (?) de Copenhague y el tener que compartir la presidencia con el nuevo presidente permanente me parece que nuestro líder tiene pocas posibilidades de tener éxito en su estrategia puramente mercantilista de obtener más dinero público para sus coleguitas de las renovables.

Según el editorial de hoy de El Mundo, otra de las prioridades de la presidencia debería ser el evitar “la retirada a los estímulos públicos a la economía, defendida por países como Alemania, y que serían un desastre para España.” Vaya perspectiva más mercantilista y corto-placista. Es una pena que uno de los pocos medios de comunicación independientes que tenemos aliente al gobierno en esta dirección.

Saturday, 11 July 2009

Cuentas públicas de Estados Unidos: una perspectiva histórica

A propósito de un intercambio en el blog de Juan Ramón Rallo he producido el siguiente gráfico a partir de los datos en la base de datos FRED2 de la Reserva Federal (1929-2007) y las proyecciones independientes de la Congressional Budget Office (2008-2019) basadas en el presupuesto de Obama.


El mensaje yo creo que está claro: las cuentas públicas actuales, como apuntaba Niall Ferguson, tienen poco que ver con la Gran Depresión y mucho que ver con las cuentas de la Segunda Guerra Mundial.


El caso es que en cuanto se acabó la guerra los poderosos sabían lo que había que hacer: recortar el gasto (lo hicieron por la mitad) y volver a tener un superávit en las cuentas públicas (que promedió un 1% del PIB durante la década 1946-1955).


Lo más preocupante de la situación actual, se esté o no de acuerdo con la política keynesiana de estímulo fiscal, es que no se ve ni el menor atisbo por parte de la casta política de sanear las cuentas públicas a plazo medio.




Monday, 1 June 2009

Ferguson vs Krugman (o hechos históricos vs demagogia?)

Estoy esperando con impaciencia comprar la versión en tapas blandas de The Ascent of Money de Niall Ferguson, probablemente el historiador más famoso en estos momentos. Sale a la venta aquí en el Reino Unido esta semana.

El viernes Ferguson escribía una columna en el Financial Times sobre la batalla intelectual que ha estado manteniendo con Krugman. Mi interpretación de sus perspectivas:

(1) Krugman actuando de "cheerleader" en jefe del estímulo fiscal no ha parado de comparar los niveles de deuda pública de EEUU con aquellos de Italia y Japón, diciendo que por lo tanto hay mucho margen. Al enfocarse en el nivel de la deuda ha supuesto liquidez suficiente para absorber la descomunal emisión de bonos que los déficits acutales requieren. El incremento en el rendimiento de los bonos estadounidenses en las últimas semanas pone en entredicho este supuesto.

(2) Aunque Ferguson aprueba la actuación de Bernanke al expandir la base monetaria, se da cuenta de que al combinarlo con el estímulo fiscal los EEUU se va a encontrar a medio plazo con una elección nada envidiable: o evita la aceleración de la inflación o evita una crisis de solvencia del estado federal. Evitar ambas parece cada vez más difícil.

(3) Por último, Ferguson cree que Krugman necesita repasar el contexto histórico de la obra de Keynes. Lo que hemos tenido hasta ahora no tiene comparación con la Gran Depresión. Como he argumentado en anotaciones anteriores, se podría también mencionar que el tamaño del sector público es ahora mucho mayor de lo que era entonces.

Ferguson concluye que el error ya se ha cometido: "adoptar la política fiscal de una guerra mundial para combatir una recesión". Siento un cierto grado de satisfacción al descubrir que muchos de los puntos de vista que he compartido desde este blog se corresponden con los de alguien tan erudito como Niall Ferguson. Y sin embargo esa satisfacción no compensa las malas perpectivas para alguien que, como yo, cobra por su trabajo en dólares y quiere vivir en Europa.

Sunday, 17 May 2009

El impacto del estímulo fiscal en el desempleo - Estados Unidos

Una perla de Mankiw - ¿está fracasando el plan de estímulo fiscal en Estados Unidos o es la crisis más severa de lo que se pensaba cuando se puso en marcha el plan hace apenas cuatro meses? Es por estas anotaciones que me gusta (y por lo que por lo general a Paul Krugman le pone de los nervios).



Thursday, 14 May 2009

Política monetaria: quantitative easing y tómbolas de destrucción de dinero

[Anotación larga y a lo mejor un poco complicada. Agradezco comentarios/correcciones, y si no por lo menos espero que los gráficos sean amenos!]

El artículo de Greg Mankiw en el New York Times en el que hacía su propuesta de destruir billetes de dólar por sorteo ha causada un auténtico torrente de tinta. Krugman se lanzó entusiasmado en apoyo de la idea y William Buiter, catedrático en la London School of Economics, daba alternativas un poco más prácticas de la misma idea. En Libertad Digital y en su blog Juan Ramón Rallo mientras tanto hacia una crítica feroz a la propuesta.

Con mi primera anotación sobre política monetaria pretendo intentar aclararme a mí mismo (y a aquellos que estén interesados) el trasfondo en el que surgen estas propuestas, lo que está ocurriendo en realidad (el famoso quantiative easing), y finalmente hacer algunas reflexiones acerca de lo que cabe esperar de las intervenciones que están realizando los bancos centrales.

El trasfondo
El trasfondo a estas propuestas es el miedo a una espiral deflacionista como la que se dio durante la Gran Depresión: entre octubre de 1929 y marzo de 1933 los precios en Estados Unidos cayeron un 27%. Como apuntaba Luis Hernández Arroyo la causa de esta deflación fue una contracción monetaria muy severa que las autoridades no remediaron.

El fuerte descenso de los precios desde mediados del año pasado a pesar de que la tasa de interés había bajado hasta prácticamente cero en EEUU y en el Reino Unido empezó a hacer pensar a los analistas económicos en la posibilidad de una deflación severa. Además, en diciembre/enero, empezaba a circular el siguiente gráfico de la Reserva Federal (Greg Mankiw hacia una anotación al respecto el 15 de enero en su blog). El gráfico muestra el money multiplier, la cantidad por la que se multiplica la base monetaria (reservas del banco central) en la economía – muestra que a partir de final de noviembre por cada dólar adicional de reservas la oferta monetaria se expandía menos de $1.



Es en este contexto en el que surge la preocupación por parte de Mankiw, Krugman y Buiter por explorar avenidas para continuar la política monetaria expansionista ahora que no se pueden bajar más los tipos de interés nominales.

Sin embargo, existen dos matices sobre estos datos que son importantes y que parecen restarle urgencia a la necesidad de continuar con una expansión monetaria agresiva: (1) a pesar de que la tasa interanual de inflación en EEUU y España es negativa, la inflación subyacente (excluyendo el precio de la energía) es aún positiva; (2) la drámatica caída en el money multiplier no es a consecuencia de una contracción de la oferta monetaria, sino del incremento en las reservas en el que ha resultado la política de quantitative easing.

Las intervenciones
Pero mientras los académicos (que eso es lo que son, por muy influyentes que sean) discuten sobre sus ideas de cómo aplicar el interés del -5% que piensan que necesitamos, los bancos centrales ya se han puesto manos a la obra. Están comprando activos en los mercados financieros con reservas recién creadas. Es el famoso quantitative easing, que asciende a 1,75 billiones (de los españoles, que son trillions en inglés) de dólares de la Reserva Federal (un 12% del PIB), 125.000 millones de libras del Banco de Inglaterra (un 10% del PIB) y 60.000 millones de euros del Banco Central Europeo (una miseria comparado con sus homólogos anglosajones, menos de un 1% del PIB de la eurozona).

¿Qué cabe esperar?
El Economist de esta semana decía que dado el riesgo de deflación y de inflación era preferible la segunda, y que la agresividad de los bancos centrales anglosajones está justificada porque los instrumentos que se están usando son nuevos y no sabemos cuán eficaces son. El semanario londinense se equivoca: quantitative easing no es más que un nombre sofisticado para la financiación de deuda y déficits a través de la creación de dinero. Y todos sabemos cuál es a dónde lleva eso: a la inflación. Y es que como dice Buiter, los bancos centrales nunca han tenido problemas en establecer tipos de interés negativos – lo hacen a través de la inflación [lo cual me hace preguntarme porque pierde el tiempo refinando las ideas de Mankiw, si implícitamente está reconociendo que no son necesarias].

Ahora bien, como el Economist yo también creo que ante el riesgo de deflación aplicar políticas inflacionistas está justificado. Sin embargo me surgen tres dudas: (1) ¿se ha exagerado el riesgo de deflación?; (2) ¿ha sido la reacción ante el riesgo desproporcionada en EEUU y en el Reino Unido?; (3) ¿es tan fácil corregir el curso de la inflación como sugiere el Economist?

Sobre la tercera duda, es interesante leer el intercambio inflación-deflación de Allan Meltzer con Paul Krugman en el New York Times. En él sugiere que en los últimos meses la Reserva Federal ha perdido su independencia, y ha estado actuando en gran medida bajo el mandato del Departamento del Tesoro. Dada la delicada situación fiscal de EEUU, con un déficit fiscal del 12% del PIB este año y reducciones muy graduales en años siguientes, duda de que dado el momento exista la voluntad política para combatir la aceleración de la inflación con subidas en los tipos de interés. Me permito extrapolar su argumento: la política de estímulo fiscal ha reducido el margen de maniobra de la política monetaria para evitar la deflación a corto plazo sin crear riesgos inflacionarios serios a medio-largo plazo.

¿Y los mercados cómo han reaccionado?
Es interesante observar el comportamiento de los bonos del estado en los mercados de renta fija y de los credit default swaps (CDS). Tres observaciones principales:

(1) Como resultado del anuncio del Banco de Inglaterra de que iba a comenzar su programe de quantitative easing, el rendimiento de los bonos británicos a 10 años cayó por primera vez por debajo del Bund en marzo. Fue una situación pasajera y ahora los analistas están preocupados por lo que pasará una vez que el Banco termine con su programa de adquisición de bonos. ¿Se disparará el rendimiento?

(2) El diferencial entre el rendimiento de la deuda a corto plazo (un año) y a largo plazo (diez años) sigue incrementando. El gráfico ilustra el caso alemán – en diciembre el diferencial era de apenas 100 puntos básicos y ahora parece que va camino de los 300. Lo que implican estos datos es que los mercados prevén una subida significativa del rendimiento a medio plazo.

Rendimiento de la deuda pública (% anual)

Fuente: Bloomberg

(3) Por último, y a petición de Charles Butler vuelvo a incluir una actualización del precio de los CDS (abajo). Como él preveía parece que los mercados vieron el anuncio por parte del Banco Central Europeo de que iba a adquirir 60.000 millones en activos como una demostración de que el banco podría estar dispuesto a comprar deuda pública de la eurozona en apoyo de miembros en dificultades – el precio del CDS sobre deuda española a diez años caía por debajo de los 80 puntos básicos por primera vez desde principios de noviembre.

Para concluir
Las preguntas clave con respuestas algo especulativas para concluir:

(1) ¿Han actuado demasiado pronto y de forma demasiado agresiva la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra con su quantitative easing? Es una posibilidad: la inflación subyacente todavía es positiva; el famoso gráfico del money multiplier no demuestra que la oferta monetaria se haya contraído en EEUU (no lo ha hecho); crear una base monetaria adicional de más del 10% del PIB parece excesivo en este contexto.

(2) ¿Dada la posición fiscal tan precaria de esos dos países va a existir la voluntad política para contraer la oferta monetaria y evitar una inflación galopante cuando llegue el momento? Es posible que no: la necesidad de financiación del sector público en ambos países va a rondar el 12% este año, un déficit que se espera cerrar muy gradualmente. Es ese contexto incrementos en las tasas de interés significativos podrían resultar en una crisis de solvencia y liquidez para el Estado.

(3) ¿Cuáles serían las consecuencias si no se controla un repunte de la inflación? En última instancia, la inflación acabaría descontrolada, lo que llevaría a más y más gente a abandonar la moneda en cuestión por otras divisas no inflacionarias (pregúntenselo a los ecuatorianos o los pobres zimbabuénses) e incluso podría haber aquellos que decidieran volver a preservar el valor de su riqueza acumulando oro, como temía Martin Wolf en su columna la semana pasada. De hecho el precio actual del oro sugiere que muchos inversores ya están haciendo precisamente eso.







Tuesday, 13 January 2009

Los 100 puntos: el precio de la deuda pública española

“In Spain we trust” …


Anuncio del Tesoro en la prensa anglosajona en el que se compara la fe en la deuda pública española a la fe en Dios (los billetes de un dólar dicen "in God we trust")

... o a lo mejor no. La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's (S&P) anunciaba ayer que ponía el AAA en revisión con tendencia a la baja. España está muy endeudada decían. Esto parece obvio y además el prestigio de las agencias de calificación de riesgo está por los suelos, por lo que habría cabido esperar que el informe de S&P tuviera repercusiones mínimas en los mercados.

Pues no ha sido así. Parece que todavía hay inversores que dependen de estas agencias para decirles lo obvio. El resultado ha sido la ampliación hoy del diferencial en la rentabilidad de los bonos del Tesoro Español y los alemanes a 100 puntos básicos, desde 80 anteayer y tan sólo 20 a finales de mayo. Esto quiere decir que España tiene que pagar un punto porcentual más en interés que Alemania para financiar su deuda pública a diez años. El gráfico muestra el cambio en el diferencial en los últimos dos meses (línea azul claro).



El caso es que aunque esto parece serio, aún no lo es tanto. Los mercados continúan dispuestos a prestarle euros al gobierno español a diez años cobrándole tan solo un 4% de interés anual (línea azul oscuro en el gráfico). Así que el gobierno puede continuar tomando prestado a un precio muy bajo históricamente, aunque no nos sea tan barato como a Alemania o EEUU.

La pregunta es si esa rentabilidad empezará a incrementar a medida que se emitan miles de millones de euros en deuda pública a lo largo del 2009. Como siempre hay distintas opiniones entre los especialistas. Todos parecen estar de acuerdo en que subirá la rentabilidad (y probablemente bastante), pero no hay consenso en cuanto a cuándo comenzará la subida.

Esta podría ser una cuestión crucial. Si los gobiernos pueden financiarse a los tipos de interés actuales durante todo 2009 a lo mejor me debería replantear mi oposición al estímulo o impulso fiscal. En estas circunstancias podría tener sentido que transferir gran parte de la deuda privada a deuda pública. En este caso apoyaría un impulso fiscal, pero uno basado en la bajada de impuestos, no en la subida del gasto incluída en todos los planes que se han hecho públicos hasta ahora.

El gasto público ya va a subir (está subiendo) por el incremento de las prestaciones sociales que conlleva la crisis. Subidas en el gasto adicionales a estas estarán mal planificados e implementados y simplemente resultarán en más deuda total (pública + privada) sin darnos nada a cambio. Una bajada de impuestos en cambio iría canalizada a tres cosas: pagar deudas privadas; ahorro; incremento del consumo privado. Tres cosas buenas: (1) la porción que fuera a pagar deuda sería simplemente una transferencia de deuda y por lo tanto no contribuiría a incrementar la deuda total; (2) necesitamos más ahorro; y (3) me genera más confianza el consumo privado que el gasto público. Los elementos (1) y (2) además contribuirían a la re-capitalización de los bancos, pero de un modo que también sería beneficioso para los hogares españoles.

No obstante, sigo un poco confuso acerca de las razones por las que a nosotros (EEUU, Reino Unido y España sobre todo) no se nos debería aplicar la misma medicación que les obligamos a tomar (a través del FMI) a los países del Sudeste Asiático en el 97/98: contracción fiscal y consolidación y purga del sistema bancario. Estamos haciendo lo contrario, a pesar de que nos encontramos en una situación muy similar a la que estaban ellos entonces. Y lo que es más, lo estamos haciendo con el beneplácito del FMI y de toda una lista de ilustres economistas en EEUU. Me gusta la postura más abierta y escéptica de Greg Mankiw en su reciente artículo en el New York Times.

En fin, habrá que seguir observando el precio de la deuda pública española y analizando las cuentas públicas. ¿Por cierto, alguien sabe cuál es el calendario de publicación de cuentas públicas para el 2009? Por lo que se puede intuir del calendario del 2008 las cuentas del año pasado se deberían publicarían a finales de febrero con los datos del primer mes de este año, pero estaría simpático saber el día exacto en el que tendremos acceso a ellos.