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Thursday, 9 December 2010

El helicóptero de Bernanke funciona ... por lo menos para mí

El helicóptero de Bernanke está roto y ahora Ron Paul tendrá más posibilidades de hacerse escuchar en su campaña por llevarlo al desguace. Va a ser el chairman del comité del Congreso encargado de supervisar a la Reserva Federal. Su entrevista de hace unos días en Bloomberg TV merece la pena.

Lo que dice refleja mi opinión con respecto al Quantitative Easing, compartida en los últimos posts: (1) el dinero de Bernanke se está quedando en parte en los balances a los bancos, que ciertamente no lo prestan a los ciudadanos de a pie; (2) algo sí que llega a los sueldos de aquellos ciudadanos más próximos al poder financiero - veánse los bonuses a los banqueros de nuevo y la evidencia de los precios de la vivienda en los distritos más selectos de las capitales globales. A esto añadiría que (3) se está reflejando en el aumento de los precios de las materias primas y en la exportación de inflación a China e India. Y mientras tanto los hogares medios apenas si han reducido su apalancamiento, lo cual no hace presagiar nada bueno.

Pero hoy estoy positivo. Estoy en mi cuarta semana de experto global en carbón. Y no, no me preguntéis sobre los subsidios de ZP al carbón nacional porque me importan bien poco. Me he pasado tres semanas sumergido en estadísticas de consumo y producción de carbón en China, India e Indonesia. El año nuevo depara visitas a estos sitios, además de a Australia, donde tiene su sede la parte de la compañía que se dedica al carbón y a la energía más ampliamente. Qué divertido. Ya os contaré, pero lo que está claro es que mi pobre bitácora va a seguir un poco de capa caída.

Y el caso es que estoy positivo gracias a Bernanke. Este gráfico de sus resultados a mitad de año muestra como ha podido reducir Rio Tinto la deuda con la que llegó a la crisis gracias a ser una compañía con acceso a los mercados mayoristas de dinero (a día de hoy es la cuarta mayor empresa por capitalización de la Bolsa londinense y es más grande que el Banco Santander y Telefónica). Increíble. Si los hogares y los estados también hubieran podido hacer eso a lo mejor el ambiente en la calle sería algo distinto.



Y por supuesto la buena fortuna de Rio Tinto ha tenido un impacto directo en las finanzas de mi hogar, como puede verse en el gráfico de mi endeudamiento. ¿Quién hubiera pensado que iba a haber alguien que le ofreciera una subida de sueldo de un 50% a un pobre funcionario de Su Majestad la Reina a quién le habían anunciado una congelación salarial por dos años?



Con todo esto podria caer en la tentación de decir que me lo he ganado, arriesgándome, preparándome y trabajando mucho. Como buen cristiano también le doy las gracias a Dios por cuidar de mí y proveer para mi familia. Pero en el fondo no puedo evitar pensar que hay algo grotescamente injusto en todo esto, algo que se intuye en la entrevista a Ron Paul. Esto no me lo he ganado. Es que aunque el helicóptero de Bernanke esté roto para muchas personas a las que quiero, para mí ha funcionado.

Thursday, 11 November 2010

El helicóptero de Bernanke está roto (pero no para todos)

Por seguir con el tema (sobre todo porque me he dado cuenta con el post anterior que si me meto en temas más complicados simplemente me hago un lío). Hemos visto que Quantitative Easing, esa expansión monetaria que la Fed y el Banco de Inglaterra ven como un instrumento importante para ayudarnos a salir de la crisis, no está funcionando:

(1) Se está quedando como cash en el balance de los bancos;

(2) Y a pesar de ello los bancos han subido los tipos de interés que ofrecen a los demandantes de crédito y los han bajado para los ahorradores.

Sin embargo, a algunos personajes sí les está llegando algo del quantitative easing. La última semana se ha hablado mucho en la prensa británica del salario y bonuses de Barclays Capital, donde a pesar de la caída de beneficios se espera que la remuneración se incremente en un 17%. Y este no es un fenómeno solo en la banca de inversión. Robert Peston hablaba hace unos días de la diferencia en la remuneración de directivos en empresas que cotizan en bolsa y directivos en otras empresas. Los primeros han visto su remuneración crecer un 55% en el último año (!) mientras que los últimos han visto su remuneración caer en términos reales.

Así que a mi me parece que el Quantitative Easing es una receta de las élites políticas y financieras que se traduce en la mejora de su situación financiera a costa de la de las clases medias. Un gráfico que ilustra bien este hecho es la recuperación en los precios de la vivienda en Kensington and Chelsea, el distrito más caro de Londres, comparado con, por ejemplo, Croydon, un distrito del extrarradio donde vive gente de clase trabajadora. Durante la primera mitad de este año los precios en K&C alcanzaron niveles superiores incluso a los de 2007-08, mientras que en Croydon siguen más de un 10% por debajo de sus máximos.

Monday, 8 November 2010

El helicóptero de Bernanke está roto (2)

Por seguir con el tema. El gráfico en la anotación anterior mostraba donde se queda el dinero del quantitative easing (es decir en el balance de los bancos).

A algunos les puede parecer lógico que se quede ahí: los hogares y empresas se quieren desapalancar, así que no van a demandar crédito adicional. Pero obviamente a muchos SÍ les gustaría refinanciar sus deudas en términos más generosos. ¿Y qué pasa si lo intentan? Pues en el Reino Unido lo que muestra la imagen. El interés medio que ofrecen las entidades financieras a nuevos clientes por un préstamo personal de 10.000 libras es el más alto desde el 2001. El gráfico también muestra el abismo que separa esa tasa de interés de la que se ofrece de promedio por una cuenta de ahorros. Y lo preocupante es que está situación lleva sin cambiar ya un año.

Conclusión: quantitative easing = ongoing bank bail-out (o rescate bancario continuado).

Friday, 5 November 2010

El helicóptero de Bernanke ...

... está roto. Y me frustra que hasta personajes que dicen ser de izquierdas como Senserrich digan que les parece una buena idea (aunque se le ponga la piel de gallina al decirlo).

El helicóptero de Mervyn King, el gobernador del Banco de Inglaterra, tampoco despegó nunca. Sus 200.000 millones de libras (casi un 15% del PIB anual) se han quedado como cash en el balance de los bancos, como muestra mi dibujo. La cantidad de cash en el balance de los cuatro grandes bancos británicos subió en 151.000 millones entre finales de 2008 y mediados de este año. Estos cuatro bancos representan un 75% de la cuota del mercado financiero minorista en este país (y por si no os habéis fijado 151.000m es un 75% de 200.000m).



Aunque a lo mejor es que no he entendido bien la alegoría del helicóptero. Siempre me lo había imaginado como un helicóptero regándonos a todos por igual con billetes desde el cielo. ¿Será que a lo que se refiere es a que se les sueltan los billetes a aquellos que están más arriba en la distribución de la renta y se espera a que haya un trickle-down effect? ¿Cómo puede estar de acuerdo con esto ningún personajes de izquierda? ¿No es esto Reagannomics, me preguntaba un compañero? Pues no. Reagannomics se enfocaba en quitarles menos dinero a los ricos. QE es regalarles el dinero. Ridículo.

Tuesday, 18 May 2010

Porqué a mí no me van a recortar el salario un 5%

Breaking news. La inflación en esta isla se acelera a un 3,7% en abril según la medida preferida del gobierno (CPI) y excede ya un 5% según las otras dos medidas oficiales (RPI y RPIX). Así que simplemente congelándonos los sueldos a los funcionarios consiguen el mismo efecto que el gobierno español con su recorte, sobre todo teniendo en cuenta que la inflación subyacente en España entraba en territorio negativo el mes pasado, según los datos del INE del viernes.

El Banco de Inglaterra pierde credibilidad y el riesgo asociado con el programa de 200.000 millones de quantitative easing del año pasado empieza a quedar patente.

Wednesday, 3 March 2010

Quantitative Easing: ¿El mayor robo de la historia?

Tanto Quantitative Easing en el Reino Unido y cada vez está más claro que se ha tratado de un regalo de 200.000 millones de libras de la élite política a la élite financiera a costa del resto de nosotros.

El gráfico de abajo muestra unos datos del Banco de Inglaterra que descubrí ayer. En este post de noviembre mostraba los tipos de interés de los nuevos créditos concedidos (y en este presentaba los datos del Banco de España).

Un problema con los datos de los posts de noviembre es que al referirse a los créditos que se han concedido no son una comparación de "like with like". Puede haber "selectivity bias" porque:

(1) A algunas personas a quienes los bancos les hubieran concedido crédito hace dos años no se lo concederían ahora;

(2) Si el interés es más alto, personas que hubieran accedido a un préstamo hace dos años se echarán para atrás.

La serie de datos del gráfico de hoy, al referirse al tipo de interés ofrecido (no necesariamente concedido) a los hogares, consigue acabar con la segunda causa de "selectivity bias", aunque no con la primera.

Y el gráfico es brutal (como era de esperar unas tendencias mucho más pronunciadas que en los datos que presentaba en noviembre). Tanto dinero gratis del banco central a las instituciones financieras y en lo que se traduce es en una bajada tremenda de 4 puntos porcentuales en el interés pagado en cuentas de ahorro y en un incremento de 4 puntos en el interés que cobra por un préstamo personal de 10.000 libras. La diferencia (spread) entre estos dos tipos se ha situado por encima de los 10 puntos porcentuales por primera vez desde principios de 1996. O más de 1.000 basis points - por añadir algo más de dramatismo.

Se puede debatir sobre si la política monetaria expansiva que han seguido los bancos centrales durante los últimos 18 meses nos ha salvado de una deflación y una crisis aún mayor. Pero de lo que no hay ninguna duda es de que la forma en que se ha llevado a cabo representa el mayor robo de las élites políticas y económicas al contribuyente medio en ... ¿las últimas décadas? ¿el último siglo? ¿la historia?


Thursday, 28 January 2010

Más deuda pública, más estancamiento

A Kantor no le gustaba nada la anotación en la que hacía mis cálculos sobre el impacto de el creciente endeudamiento público en el crecimiento económico. A pesar de los coeficientes negativos super-significativos en mis regresiones se quejaba de mi poco rigor al no compartir la R2 (que por supuesto era terrible). Qué se le va a hacer - a lo mejor no soy muy riguroso, pero tened por seguro de que si Kantor aplicase sus estándars a revistas académicas de economía aplicada descartaría la mitad de los artículos.

Bueno, en todo caso hay un artículo muy bueno sobre este tema en el Financial Times de hoy. Por supuesto directamente de los mayores expertos que existen sobre este tema: Carmen Reinhart y Ken Roggoff. Desafortunadamente no presentan evidencia empírica de lo que dicen. Es interesante la perspectiva histórica: el abandono del patrón oro en los 30 es el equivalente del quantitative easing - para aquellos países sin recurso a quantitative easing propio (nosotros) el equivalente es la suspensión de pagos. Ya lo decía Rallo ayer: los estados también quiebran.

Tuesday, 3 November 2009

Más sobre la base monetaria en Estados Unidos

Antes de irme unos días a París con mi familia la semana pasada, fui a una charla de uno de los miembros del comité de política monetaria del Banco de Inglaterra. La verdad es que después de leer End the Fed, la falta de consideración de los posibles riesgos de la política de Quantitative Easing que ha estado implementando el banco me pareció asombrosa. El Banco de Inglaterra ya ha creado 175.000 millones de libras (un 15% del PIB) desde abril – y se espera que la cifra incremente tras la reunión mensual del comité este jueves. Y esa cifra en su totalidad se ha usado para financiar el déficit fiscal, por lo cual el Banco de Inglaterra es ahora el acreedor principal del gobierno (tienen un 20% del stock de la deuda pública).

Pero bueno, por lo menos ya no sólo son aquellos que se identifican con la escuela austríaca de economía que se preocupan por la falta de “accountability” de los bancos centrales: Willem Buiter escribé hoy una entrada muy buena en su blog al respecto.

Hablando de la creación de base monetaria por la Reserva Federal, parece que la gente asume que ya no se está haciendo (el propio Buiter parece sugerir eso en su anotación). Sin embargo, en los últimos tres meses la base se ha incrementado en 370.000 millones de dólares y la semana pasada sobrepasaba por primera vez la cifra de 2 billones (trillones anglosajones) de dólares.



Me pregunto si esto es un reflejo de la falta de impacto que esta medida ha estado teniendo en variables monetarias más amplias. Aunque parece que el impulso de finales del año pasado se reflejó en un incremento rápido en la variable M2 durante los primeros meses de este año, la variable se ha estancado durante los últimos seis meses.



El resultado de estas dos tendencias es que por el momento el multiplier M2 (el ratio entre M2 y la base monetaria) está en mínimos históricos y parece que sigue cayendo.



La conclusión debe ser que todo el crédito fácil lo sigue acumulando el sistema bancario y el gasto público, mientras el ciudadano de a pie sigue apretándose el cinturón. Una anécdota personal: haciendo algunas gestiones personales mi banco me ofreció refinanciar el préstamo que tengo con ellos. Cuál sería mi sorpresa cuando la oferta que me hicieron era refinanciar mi deuda de 12.500 libras que obtuve a un interés del 8,9% el año pasado a un interés del 12,5%. Es la misma entidad financiera (el Co-operative Bank) y mi situación personal en lo que ha finanzas se refiere si acaso ha mejorado desde el año pasado. No gracias. Tenemos “credit crunch” para rato.

Sunday, 21 June 2009

¿Hacia la hiperinflación en Estados Unidos?

Ambrose Evans Pritchard is the last commentator to warn against the “hyperinflation hype”. He bases his argument on the famous St Louis Fed chart of the dramatic shrinkage of the money multiplier, which I have commented on before. As I pointed out at the time that chart does not show that the money supply is shrinking. Indeed it might be that all it proves is that the dramatic increase in the Fed’s reserves (M0)has not had any impact on the money supply – yet.


Well, here is the data proving the point I was making then:


(1) The two main measures of money supply (M1 and M2) have shown no evidence of shrinking in the past few months – so indeed the dramatic collapse in the money multiplier is the result of the doubling in M0 not being matched by an increase in M1…



(2) … but wait, M1 is increasing (as is M2), and at a very quick pace – just not at the 100%+ rate of M0. There are only ten months since record began in 1959 when annual growth in M1 has exceeded 15% – four of them in the last six months.


(3) The good news, and the reason why perhaps we have to be cautious about the hyperinflation hype, is that the relationship between M1 growth and inflation (CPI, Not Seasonally Adjusted excluding energy and food in the chart) appears pretty weak.



Thursday, 14 May 2009

Política monetaria: quantitative easing y tómbolas de destrucción de dinero

[Anotación larga y a lo mejor un poco complicada. Agradezco comentarios/correcciones, y si no por lo menos espero que los gráficos sean amenos!]

El artículo de Greg Mankiw en el New York Times en el que hacía su propuesta de destruir billetes de dólar por sorteo ha causada un auténtico torrente de tinta. Krugman se lanzó entusiasmado en apoyo de la idea y William Buiter, catedrático en la London School of Economics, daba alternativas un poco más prácticas de la misma idea. En Libertad Digital y en su blog Juan Ramón Rallo mientras tanto hacia una crítica feroz a la propuesta.

Con mi primera anotación sobre política monetaria pretendo intentar aclararme a mí mismo (y a aquellos que estén interesados) el trasfondo en el que surgen estas propuestas, lo que está ocurriendo en realidad (el famoso quantiative easing), y finalmente hacer algunas reflexiones acerca de lo que cabe esperar de las intervenciones que están realizando los bancos centrales.

El trasfondo
El trasfondo a estas propuestas es el miedo a una espiral deflacionista como la que se dio durante la Gran Depresión: entre octubre de 1929 y marzo de 1933 los precios en Estados Unidos cayeron un 27%. Como apuntaba Luis Hernández Arroyo la causa de esta deflación fue una contracción monetaria muy severa que las autoridades no remediaron.

El fuerte descenso de los precios desde mediados del año pasado a pesar de que la tasa de interés había bajado hasta prácticamente cero en EEUU y en el Reino Unido empezó a hacer pensar a los analistas económicos en la posibilidad de una deflación severa. Además, en diciembre/enero, empezaba a circular el siguiente gráfico de la Reserva Federal (Greg Mankiw hacia una anotación al respecto el 15 de enero en su blog). El gráfico muestra el money multiplier, la cantidad por la que se multiplica la base monetaria (reservas del banco central) en la economía – muestra que a partir de final de noviembre por cada dólar adicional de reservas la oferta monetaria se expandía menos de $1.



Es en este contexto en el que surge la preocupación por parte de Mankiw, Krugman y Buiter por explorar avenidas para continuar la política monetaria expansionista ahora que no se pueden bajar más los tipos de interés nominales.

Sin embargo, existen dos matices sobre estos datos que son importantes y que parecen restarle urgencia a la necesidad de continuar con una expansión monetaria agresiva: (1) a pesar de que la tasa interanual de inflación en EEUU y España es negativa, la inflación subyacente (excluyendo el precio de la energía) es aún positiva; (2) la drámatica caída en el money multiplier no es a consecuencia de una contracción de la oferta monetaria, sino del incremento en las reservas en el que ha resultado la política de quantitative easing.

Las intervenciones
Pero mientras los académicos (que eso es lo que son, por muy influyentes que sean) discuten sobre sus ideas de cómo aplicar el interés del -5% que piensan que necesitamos, los bancos centrales ya se han puesto manos a la obra. Están comprando activos en los mercados financieros con reservas recién creadas. Es el famoso quantitative easing, que asciende a 1,75 billiones (de los españoles, que son trillions en inglés) de dólares de la Reserva Federal (un 12% del PIB), 125.000 millones de libras del Banco de Inglaterra (un 10% del PIB) y 60.000 millones de euros del Banco Central Europeo (una miseria comparado con sus homólogos anglosajones, menos de un 1% del PIB de la eurozona).

¿Qué cabe esperar?
El Economist de esta semana decía que dado el riesgo de deflación y de inflación era preferible la segunda, y que la agresividad de los bancos centrales anglosajones está justificada porque los instrumentos que se están usando son nuevos y no sabemos cuán eficaces son. El semanario londinense se equivoca: quantitative easing no es más que un nombre sofisticado para la financiación de deuda y déficits a través de la creación de dinero. Y todos sabemos cuál es a dónde lleva eso: a la inflación. Y es que como dice Buiter, los bancos centrales nunca han tenido problemas en establecer tipos de interés negativos – lo hacen a través de la inflación [lo cual me hace preguntarme porque pierde el tiempo refinando las ideas de Mankiw, si implícitamente está reconociendo que no son necesarias].

Ahora bien, como el Economist yo también creo que ante el riesgo de deflación aplicar políticas inflacionistas está justificado. Sin embargo me surgen tres dudas: (1) ¿se ha exagerado el riesgo de deflación?; (2) ¿ha sido la reacción ante el riesgo desproporcionada en EEUU y en el Reino Unido?; (3) ¿es tan fácil corregir el curso de la inflación como sugiere el Economist?

Sobre la tercera duda, es interesante leer el intercambio inflación-deflación de Allan Meltzer con Paul Krugman en el New York Times. En él sugiere que en los últimos meses la Reserva Federal ha perdido su independencia, y ha estado actuando en gran medida bajo el mandato del Departamento del Tesoro. Dada la delicada situación fiscal de EEUU, con un déficit fiscal del 12% del PIB este año y reducciones muy graduales en años siguientes, duda de que dado el momento exista la voluntad política para combatir la aceleración de la inflación con subidas en los tipos de interés. Me permito extrapolar su argumento: la política de estímulo fiscal ha reducido el margen de maniobra de la política monetaria para evitar la deflación a corto plazo sin crear riesgos inflacionarios serios a medio-largo plazo.

¿Y los mercados cómo han reaccionado?
Es interesante observar el comportamiento de los bonos del estado en los mercados de renta fija y de los credit default swaps (CDS). Tres observaciones principales:

(1) Como resultado del anuncio del Banco de Inglaterra de que iba a comenzar su programe de quantitative easing, el rendimiento de los bonos británicos a 10 años cayó por primera vez por debajo del Bund en marzo. Fue una situación pasajera y ahora los analistas están preocupados por lo que pasará una vez que el Banco termine con su programa de adquisición de bonos. ¿Se disparará el rendimiento?

(2) El diferencial entre el rendimiento de la deuda a corto plazo (un año) y a largo plazo (diez años) sigue incrementando. El gráfico ilustra el caso alemán – en diciembre el diferencial era de apenas 100 puntos básicos y ahora parece que va camino de los 300. Lo que implican estos datos es que los mercados prevén una subida significativa del rendimiento a medio plazo.

Rendimiento de la deuda pública (% anual)

Fuente: Bloomberg

(3) Por último, y a petición de Charles Butler vuelvo a incluir una actualización del precio de los CDS (abajo). Como él preveía parece que los mercados vieron el anuncio por parte del Banco Central Europeo de que iba a adquirir 60.000 millones en activos como una demostración de que el banco podría estar dispuesto a comprar deuda pública de la eurozona en apoyo de miembros en dificultades – el precio del CDS sobre deuda española a diez años caía por debajo de los 80 puntos básicos por primera vez desde principios de noviembre.

Para concluir
Las preguntas clave con respuestas algo especulativas para concluir:

(1) ¿Han actuado demasiado pronto y de forma demasiado agresiva la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra con su quantitative easing? Es una posibilidad: la inflación subyacente todavía es positiva; el famoso gráfico del money multiplier no demuestra que la oferta monetaria se haya contraído en EEUU (no lo ha hecho); crear una base monetaria adicional de más del 10% del PIB parece excesivo en este contexto.

(2) ¿Dada la posición fiscal tan precaria de esos dos países va a existir la voluntad política para contraer la oferta monetaria y evitar una inflación galopante cuando llegue el momento? Es posible que no: la necesidad de financiación del sector público en ambos países va a rondar el 12% este año, un déficit que se espera cerrar muy gradualmente. Es ese contexto incrementos en las tasas de interés significativos podrían resultar en una crisis de solvencia y liquidez para el Estado.

(3) ¿Cuáles serían las consecuencias si no se controla un repunte de la inflación? En última instancia, la inflación acabaría descontrolada, lo que llevaría a más y más gente a abandonar la moneda en cuestión por otras divisas no inflacionarias (pregúntenselo a los ecuatorianos o los pobres zimbabuénses) e incluso podría haber aquellos que decidieran volver a preservar el valor de su riqueza acumulando oro, como temía Martin Wolf en su columna la semana pasada. De hecho el precio actual del oro sugiere que muchos inversores ya están haciendo precisamente eso.