Wednesday 3 June 2009

Subsidios a la energía renovable

El informe de Calzada, Merino y Rallo sobre el impacto de la inversión en energías renovables en el empleo español sigue recibiendo publicidad, esta vez con réplica y contra-réplica en Expansión. Los dos resultados más dramáticos del análisis son que:


(1) por cada “empleo verde” creado desde el año 2000 en España se han destruido 2.2 puestos de trabajo en el resto de la economía;

(2) cada empleo verde ha costado más de 570.000 euros.


Me parecen resultados verosímiles, aunque no tengo la energía para evaluar por cuenta propia el rigor metodológico. Y sin embargo, digan lo que digan los “expertos” y académicos a sueldo de las empresas de energía renovable, en las últimas 24 horas me he dado cuenta de que hay dos argumentos incluso más importantes para dejar de subsidiar a estas empresas.


Primero, si lo que se quiere el reducir las emisiones de dióxido de carbono ya tenemos el mercado de derechos de emisión (EUAs) creado por la Comisión Europea. Subsidios directos al sector renovable deprimen el precio de los EUAs, que desde que se introdujeron han rondado entre los 10 y 30 euros por tonelada de dióxido de carbono y que en estos momentos está en 15 euros. Al deprimir el precio de los EUAs lo que hacen estos subsidios es desincentivar la inversión en la reducción de emisiones que se podría obtener por otros medios más eficientes. Así que no se engañen – estos subsidios no reducen las emisiones de dióxido de carbono.



Segundo, hoy publica un artículo el Financial Times sobre el gran reto que enfrenta el modelo europeo de crear empleo a base de inversión en energías renovables. El reto más importante no es la crisis económica, que ha hecho caer la inversión en energía renovable en casi 10.000 millones de euros (un 53%) en el primer trimestre de 2009 con respecto al mismo periodo de 2008.


El reto es la superioridad técnica e industrial de Japón y, sobre todo, China. Empresas del país asiático han estado ganándoles terreno a pasos agigantados a las empresas europeas, como ilustra el artículo del FT con los datos de la producción global de producción de células fotovoltaicas. Las compañías europeas han empezado a cerrar fábricas en Europa y abrirlas en China, dice el FT citando el caso del fabricante de turbinas de viento Vestas. En suma, las energías renovables creerán empleo en el futuro subsidiados por el contribuyente europeo, pero la mayoría es estos serán en China.


Producción global de células fotovoltaicas

Fuente: Comisión Europea


En conclusión, los subsidios directos a las energías renovables ni contribuyen a la reducción de emisiones de dióxido de carbono ni parece que van a contribuir mucho a la creación de empleo en Europa, y mucho menos a un nuevo modelo productivo como promete el presidente.


Y a pesar de todo la maquinaria propagandística del lobby renovable sigue adelante con el apoyo de nuestra clase política: ayer publicaba la Comisión Europea unas previsiones que concluían que en 2020 se habrán creado 2,8 millones de puestos de empleo en energía renovable en Europa, aunque el resultado neto será sólo de 410.000 empleos adicionales.


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