Fuente: Thomson Reuters, Financial Times
No estaría bien dejar pasar toda la semana sin comentar los acontecimientos positivos para España en el mercado de la deuda pública. Acabamos la semana anterior (viernes, 6 de febrero, ver anotación anterior) con repuntes en la rentabilidad de los bonos de prácticamente todos lo países. La rentabilidad de la deuda española era mayor incluso que la portuguesa por primera vez en mucho tiempo.
Los mercados estaban asustados por la gran cantidad de deuda que EEUU iba a colocar está semana ($67.000 millones en tesoros a tres, diez y treinta años). Al final no hubo problemas con la deuda americana y los mercados volvieron a pensar que España a lo mejor se merece la AA+ de S&P (comparado con la A+ de Portugal e Italia) y volvió a bajar la rentabilidad española por debajo de la portuguesa. Todo un regalo de los mercados por San Valentín.
No sé a que se ha debido la renovación de la confianza en España por parte de los mercados - el espectáculo que ha ofrecido el gobierno con respecto a la reforma del mercado laboral ha sido bochornoso. Lo positivo es que alguien del entorno del PSOE, como el gobernador del Banco de España, haya mencionado la importancia del tema (algo que por cierto no ha hecho ni la oposición). Lo (sumamente) negativo ha sido la reacción del gobierno: el abaratamiento del despido es anatema.
Y la verdad es que puede parecer paradójico hablar de abaratamiento del despido en el momento en el que se pierden los puestos de empleo por miles. Dos aclaraciones:
(1) El abaratamiento del despido no se aplicaría a los contratos vigentes. Sería para los nuevos contratos. Por lo tanto no resultaría en un incremento en el número de despidos en estos momentos.
(2) Tienen razón los que dicen que el abaratamiento del despido no es la solución al problema. El ajuste de la economía española no hay quien lo pare en este momento (olvídense de los 8.000 millones de los ayuntamientos y del ICO). Pero sin esta reforma saldremos MUCHO más despacio de este barrizal. En una anotación anterior mostraba como la afiliación de ocupados a la Seguridad Social había caído en 700,000 cotizantes en 1992 y 1993 (bastantes menos del millón que ha caído en los últimos 13 meses). A partir de entonces se empezó a crear empleo,
¡pero es que no se bajó del 20% de paro (definición EPA antigua) hasta cinco años más tarde, en el primer trimestre de 1998!
¡pero es que no se bajó del 20% de paro (definición EPA antigua) hasta cinco años más tarde, en el primer trimestre de 1998!
Conclusión: sin reforma del mercado laboral estamos en más de tres millones de parados hasta dentro de por lo menos cinco años. Sin ningún tipo de ajuste a las finanzas públicas estos números resultarían en déficits consecutivos de más de un 6% del PIB. Yo no me creo que el gobierno vaya a poder financiar esos déficits y por lo tanto me parece que el romance entre el mercado y la deuda pública española está condenado al fracaso. El mercado parece no haberse dado cuenta de que el gobierno español le ha estado poniendo los cuernos con la Kirchener, que sobre este tema sí que sabe mucho.
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